lunes, noviembre 06, 2006

Lo que ví y sentí... y lo que me estoy perdiendo.


Despúes de que mis numerosos fans reclamaran una nueva publicación, (gracias por el apoyo Naxo), aqui traigo algo nuevo.

No voy a hablar de mi día aqui, hay mañanas que conviene olvidar cuanto antes mejor, asi que esto no va a ser la típica croniquita jocosa de las últimas entregas. Pensaba contar algo a cerca de lo que está ocurriendo en la ciudad que nunca duerme, Zaragoza ciudad.

Si yo no nací en las gradas de un estadio de futbol fué por casualidad, desde que tengo memoría todos los domingos cada dos semanas he pasado cerca de dos horas de mi vida atendiendo a mi pasión más mundana, decir que mi primer ídolo se llamaba Ruben Sosa y que mi primer recuerdo de un partido en las gradas de la Romareda, no tengo muy claro si fué un enfrentamiento contra el Burgos o el Malaga, dejará bien claro a los entendidos que tengo ya muchos partidos de fútbol vividos, partidos de bostezo, de pasión y más a menudo de lo deseado de indignación.

Pribablemente desde el año 87 he estado observando el desarrollo del juego, siempre me gustó más mirar que gritar como un loco, eso si, la procesión siempre va por dentro y normalmente nunca regresaba a casa sin uñas después del partido, en la temporada 92 mi padre decidió pagarme mi primer abono, tenía 8 años recien cumplidos, creo recordar que aquella fué la temporada que el Zaragoza se libró de descender en la promoción contra el Murcia, 0 a 0 en la Condomina y un gran 5 a 1 de un equipo que queria ser de primera en la vuelta, jugaban Señor y Victor Muñoz.
Después de aquello vinieron los años buenos y llegó a Zaragoza el que para mi ha sido el mejor jugador que ha vestido la camiseta del león, al menos de los que yo he visto, se llamaba Santiago, para mi, don Santiago, de apellido era Aragón como mi tierra y de segundo Martinez, el mejor organizador de juego de España en esa época, nunca internacional por culpa de la mafia que en esa época ya empezaba a arraigar en la Federacoón Española y por un seleccionador antifutbol que utilizaba en el centro a Nadal y a Hierro.
Él era el número 8, mi número siempre que yo jugué a futbol, él era el pase milimetrado a 40 metros, el era el motor de un equipo que hizo disfrutar a España y llegó a campeón de Europa en una final histórica, en la que un gol en el último segundo de la prorroga nos extasió a todos.
Uno de los mejores recuerdos de mi infancia, cuando esa pelota entró y mi padre me dijó: "Vistete hijo mío que nos vamos a la Plaza de España a celebrarlo."
Y tanto que nos fuimos, y cantamos y gritamos, era 10 de mayo de 1995, el día que fuimos grandes y toda la ciudad se sintió el centro del mundo. La tarde siguiente al lado de mi prima, marchamos a la Plaza del Pilar, donde no cabía un alfiler, a ver a los héroes de París y a ver esa copa, tan pequeña y sin embargo tan grande para todos. Un sueño imposible se había hecho realidad.
Pasaron los dias buenos y comenzó la caida, gracias al hijopatrón, un presidente que heredó un club, que legalmente era suyo, pero que en realidad moralmente es de mucha gente. Él solo se bastó para ir vendiendo cada año a nuestros mejores jugadores, excusandose en la estabilidad económica y en algún éxito ocasinal en la Copa del Rey, él no sabía que solo pensando en grande se puede ganar dinero en fútbol. Durante esos años padecimos el fútbol, cada partido era un suplicio que consiguió acabar con la paciencia de mi padre, que abandonó, a partir de entonces mi madre se sentó a mi lado en el fondo norte.
Como no podía ser de otra manera, acabamos en segunda division, pero continuamos en la brecha, ya podía llover o helar, que allí estaba yo cada quince dias, conseguimos regresar a primera línea en solo una temporada y todo el mundo se juró que eso no podía volver a pasar nunca más, pero el hijopatrón seguía pensando en el Real Zaragoza como un club pequeño, algo que era inaceptable para toda la gente que ama esta institución. A un club de fútbol lo hacen grandes los títulos, eso está claro, pero a este lo hizo grande un estilo a lo largo de su historia, un estilo que es el mínimo exigible para su afición, una afición que piensa en grande, y que prefiere perder divirtiendose que ganar bostezando.
Este verano explotó una bomba, la Sociedad Anónonima Deportiva, había sido traspasada, y a su frente se colocaron dos zaragocistas de corazón y convinción, gentes con un sueño común al de su afición, volver a ser el equipo grande que una vez fuimos y después no nos dejaron seguir siendo.
Ficharon jugadores contrastados que nos volvieron a hacer soñar, regresó el entrenador que nos hizo campeones y se conjuraron para colocarnos en lo alto.

Este año se está viendo fútbol de verdad en la Romareda, de forma continuada, por primera vez en diez años, pero este año yo no puedo estar allí, conservo mi abono, pero el que se sienta en mi sitio es mi hermano, yo solo tendré la oportunidad de sentarme en mi localidad una vez en toda la temporada.
Me queda el consuelo de que una vez podré ver jugar al número 8, no a Santi Aragón, pero si a Pablo Aimar.

4 Comments:

At 9:29 p. m., Anonymous Anónimo said...

Pablito Aimar es lo mejor que tu pais va a ver, niej niej.

...y tenia que ser argentino, obviamente...

saca tus conclusiones.

Ah! soy la visitante numero 100, que me gane?

 
At 10:42 p. m., Blogger Prikigol said...

Grande Pablito!!

Que quieres como premio por ser la número 100??

Ya lo hablaremos...

 
At 2:44 p. m., Anonymous Anónimo said...

joer Peri, casi me emociono.

no sabes lo q t estas perdiend, es increible ver a Aimar, D´alessandro, Sergio,Zapater....si hasta Sergio "Pila" Garcia está jugando d lujo!!!

esperems q esto dure muxo tiempo...y q podams volver a repetir viaje a una final,poder darte mal durant le partido y...LEVANTAR LA COPA!!!

 
At 2:47 p. m., Blogger Kapitan said...

Ya dije antes de empezar la temporada que tras el Barça el Zaragoza tenia el mejor medio campo de la liga. Zapater D´alessandro y Pablo son fantasticos.
No obstante la liga es larga y esto acaba de empezar.

Un saludo

 

Publicar un comentario

<< Home