sábado, noviembre 25, 2006

La historia de un nombre II: Los malos tiempos.

Aquella noche, Angel paseaba con mamá por la plaza de al lado de casa, papá había salido como un rayo, y Angel no entendía nada, aún no había cumplido ocho años, pero está conversación la llevará grabada en su memoria para siempre:

Angel- ¿Mamá, donde ha ido papá?
Mamá- Tu padre se ha tenido que marchar al pueblo, que tu tío ha tenido un accidente y está muy enfermo.
A- No pasa nada, el tío es fuerte y se repondrá seguro.
M- No hijo mío, tu tío ha muerto.

De su tío, Angel no puede recordar muchas cosas, lo último que recuerda es que vinieron del pueblo a conocer a su hermanito recien nacido y él no les hizo ni caso porque estaba jugando al Mario Bros en su videoconsola, total pronto sería Navidad, volverían de nuevo. Aquella fue la última vez que vio a su tío. También recuerda los fines de semana y los veraneos en el pueblo, cuado Angel iba con él y con papá al campo a cosechar, montado en aquella vieja máquina Fahr roja y aprendiendo a conducir el tractor Ford azul. A Angel siempre le han dicho que su tío era una persona buena, mucha gente coincide que la mejor del pueblo, Dios solo se lleva a los buenos.

En ese momento un niño de ocho años no se da cuenta de lo que acaba de pasar, como la vida cambia en un segundo, pero él supo que nada volvería a ser igual. Los sollozos sustituyeron a las risas, papá nunca estaba en casa los fines de semana y con el paso de los años Angel llegó a comprender que aquella tarde de invierno murió también una parte de su padre.

Por auqel tiempo en el colegio a Angel le cambiaron el nombre por primera vez, pasó a ser Peri, supongo que por su apellido, al principio no le sentaba muy bien, pero con el tiempo se termino acostumbrando, empezó a jugar a baloncesto con los amigos de su clase, eran los más jovenes de la liga porque el resto tenían un año más que ellos, pero aún siuendo los más bajitos, ganaban algun partido, la escuela era un escape para Angel, allí no había cambiado nada, sus amigos seguían siendo los mismos y todo lo demás quedaba apartado por unas horas.
Seguramente los partidos de los sabados eran la mejor parte de la semana, al principio siempre jugaban en la calle con mucho frío en invierno, pero nada importaba, las primeras jornadas, Peri estaba extasiado con la situación, lo pasaba bien y más a menudo de lo que nadie esperaba, ganaban, pero pronto se dió cuenta de algo en lo que hasta aquel momento no había reparado.
Todos los niños tenían a papá y a mamá alentandolos, Peri solo tenía a mamá, en que pocas ocasiones estaba allí papá... Mamá se dió cuenta de que algo en su mirada había cambiado y un día le dijo que no se preocupara, que las cosas cambiarían y que papá pronto estaría allí para animarle.
Pasaban los cursos, y cuando jugaban contra los niños de su edad ganaban la liga sin ninguna dificultad, eran los mejores, en cuarto curso solo perdieron un partido de los veinte que tenía la liga y en sexto los ganaron todos. Les invitaron a jugar torneos fuera de Zaragoza, en quinto y en sexto viajaron a Tarragona, había equipos de toda España y el primer año ganaron todos los partidos de ese torneo, fueron campeones, el segundo quedaron en la final, perdieron contra el Pamesa Valencia, el equipo más importante de esa ciudad, el público alli se preguntaba como un equipo de colegio sin más jugadores que los propios alumnos podia jugar así al baloncesto, eso es dificil de explicar, pero lo cierto es que eran muy buenos.

En casa las cosas no iban muy bien con su hermana, nunca supo el porqué de esto, en el fondo la quería pero relamente no se soportaban, así que intentaban juntarse solo para pelear, su hermano era como su osito, todas las noches le contaba un cuento para que se durmiera, el pequeño de la casa siempre quería el cuento de los tres cerditos y aunque lo sabía de memoría siempre se partía de risa hasta que caía dormido al lado de su hermano mayor. En aquellos dias empezóa a estudiar inglés, al principio no le gustaba nada, pero después asumió que le resultaba realmente facil de aprender, así que no perdía nada intentandolo.

El tiempo en el colegio se agotaba, el instituto iba a ser otra cosa, clases solo por la mañana y a comer a casa, donde las lagrimas cada vez eran menos frecuentes.
Pero en realidad aún no se podía pasar página, nunca iban al pueblo de papá en fiestas, ni tampoco iban de romería al santo, que era el día que siempre había esperado papá, para ir a su pueblo, el primer sabado después del primer domingo de mayo, Peri nunca supo porque esto era así. Tampoco la Navidad volvió a ser igual, faltaba alguien.

Peri nunca pudo imaginar todo lo que perdió en esos dias, ni todo lo que su vida de adolescente estaba marcada por esa época, lo cierto es que echando la vista hacía atrás, él se da cuenta de que nadie es culpable y que todos actuaron como mejor supieron, ahora que ya ha pasado el tiempo, las heridas han cicatrizado y es adulto, trata de ponerse en la misma situación que otros se vieron obligados a afrontar y sabe que muchas cosas las haría de otra forma a como se hicieron hace quince años.

2 Comments:

At 11:40 p. m., Anonymous Anónimo said...

Me intriga la continuación porque no entiendo algunas cosas, va muy linda la historia!

 
At 12:28 a. m., Blogger Prikigol said...

No se si podré explicarte muchas cosas, porque puede que no las entienda ni el mismo Angel o Peri... pero lo intentaré hacer lo mejor que sepa.

Muchas gracias otra vez.

 

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