jueves, diciembre 14, 2006

Game Over. Insert Coin!!

Esta carta va dedicada a esos papás amantisimos que no permiten a sus hijos disfrutar de los entretenimientos que el mundo virtual ofrece, a ellos con mucho cariño:

Hace un tiempo leí algo parecido a esto:

Los videojuegos no influyen en la gente, si fuese cierto, los niños de hace 15/20 años que jugaban al PAC-MAN, actualmente se divertirían en sitios oscuros, con luces destelleantes, musica electrónica y comiendo pastillas. Yo le añadiría, huyendo de fantasmas que se sienten amenazados después de la ingesta de la gran pastilla amarilla...

En ese instante me sentí cruelmente identificado con esta irónica concepción del efecto que mis primeros videojuegos podrían tener en mi vida actual.

Digamos que el primer contacto que tube con un soporte para el entretenimiento elctrónico, fué con el ordenador Amstrad que mis primas tenían en su casa, los juegos allí se cargaban con una cinta de cassette y la verdad es que para un enano de tres o cuatro años eran muy pero que muy entretenidos.

The mummy: El objetivo del juego era profanar una serie de tumbas, de las cuales surgían tesoros que tenías que recoger, eso si de vez en cuando despertabas a las momias que te perseguían sin piedad.

El pato mareado: En este caso se trataba de encarnar a un pato que como un loco y contra el reloj debía de recoger sus huevos, lo que no consigo aún explicarme es por qué si el pato no llegaba a tiempo el huevo en cuestión eclosionaba y de el surgía un dragón volador.

Máquina tragaperras: Típico simulador de una de esas máquinas que hay en los bares, que de vez en cuando y si les caes simpático te sueltan algo de dinero.

World Cup Spain'82: Si señor, el juego del mundial de España, pero sin naranjito.

Después de eso ya llego a mis manos mi primera videoconsola Nintendo, con ella otro tipo de juegos:

Tetris: Por todos conocido en alguna de su doscientas mil versiones, ordenar piedras que caen del cielo con el único objetivo de que al colocar una linea completa estas desaparezcan.

Super Mario Bros: Cuenta la historia de dos hermanos fontaneros y cleptómanos que van al rescate de una princesa secuestrada por una tortuga gigante con cuernos, para ello tienen que luchar contra toda la naturaleza, setas, tortugas, calamares, peces, plantas carnívoras. Y lo que es más, como buenos fontaneros, nunca dudan en meterse dentro de cualquier tubería.




Pues bien, aquí la conclusión al tema:

1º.- Nunca, y caundo digo nunca, es nunca, me he ido a un cementerio con la idea de profanar una tumba para ver que tesoros encuentro dentro.
2º.- Suelo comer los huevos antes de que caduquen, pero si alguna vez alguno se me ha quedado olvidado, no he tenido nunca que huir del dragón que ha salido del mismo y que me persigue dispuesto a eliminarme.
3º.- No he gastado más de dos euros en mi vida en ese tipo de máquinas.
4º.- España no ha ganado nunca, ni ganará, un mundial de fútbol.
5º.- El hecho de que no ordene mis cosas muy a menudo, no quiere decir que tenga miedo a que desaparezcan si lo hago, solo soy vago.
6º.- Después de comer una seta no he aumentado seis veces de tamaño, nunca he tenido la tentación de saltar encima de una tortuga para después patearla, y por supuesto, no he intentado meter la cabeza por la taza del water, para descubir el mundo desconocido que se esconde detrás.

En fín, como podeís ver los videojuegos parece que no han influido mucho en mi vida.

¿¿Y en la vuestra??

7 Comments:

At 11:50 p. m., Anonymous Anónimo said...

Que gran verdad. yo llevo toa la vida dejandome los ojos cn las maquinetas y aun ni he atropellado, matado, drogado( el alcohol no cuenta que no hay ningun juego q te obligue), etc.... y tampoco lo he intentado. Siempre hay locos, pero sus aficiones no convierten a locos a todos los que las practican.

Me has hecho recordar la priemra maquineta q tuve...q tiempos aquellos

 
At 4:28 p. m., Blogger Kapitan said...

Peri, eres la polla.
Mis tres primeros videojuegos para mi primera consola
El Sonic (Sin comentarios)
Quackshot. El pato donald lanzaba desatacadores en este entretenidísimo juego de plataformas. Tarde años en pasármelo pero un día lo vi y dije de hoy no pasa y unas horas después dicho y hecho.
En mi defensa decir que era complicado tenia parte de aventura grafica (en un ingles que yo no entendía) y que en ese juego no se podía grabar.
Street of rage, otra autentica leyenda preciosa con un ultimo enemigo que irradiaba dificultad a patadas. la 1ª vez que me lo pase fue con el ultimo resquicio de la ultima vida y era una sensación que aun hoy años después no he olvidado. Nunca cumplí el sueño de pasarlo sin perder ni una vida (la ultima pantalla era muy larga) salvo en el modo 2 jugadores.

He de decir que diga lo que diga la gente los videojuegos son fantásticos y su incidencia sobre el individuo no es mayor que la del entorno en general.

 
At 11:38 p. m., Blogger Maxi Vittor said...

permiso... mis primeros pasos por aquí
creo que tu planteo y el de los comentaristas es válido, pero también me parece que muchas veces los chicos más chicos juegan a ser los protagonistas de sus videojuegos y de sus películas y/o series favoritas, lo cual, sin ninguna duda, los empuja a comportarse violentamente. Los juegos que ustedes describen eran inocentes, pero actualemte los primeros videojuegos a los que tienen acceso los infantes son del estilo resident evil (el primero que me viene a la cabeza).

 
At 3:40 a. m., Anonymous Anónimo said...

Creo que se plantea un debate interesante...
A mi entender, el problema no reside en la clase de videojuegos al que tengan acceso hoy los niños, y en si estos son diferentes a los que nosotros teníamos acceso a su edad, si no más bien en el tipo de educación que se esta impratiendo y en la sociedad en la que vivimos hoy por hoy, y aunque no ha pasado tanto tiempo, a mi modo de ver, ha cambiado bastante. Dudo que haga más daño jugar a cualquier juego que el ver un telediario o simplemente pasear por cualquier gran ciudad...

 
At 11:29 p. m., Blogger Maxi Vittor said...

Es verdad, la educación cambió mucho, principalmente la familiar. Creo que si hubiera que encontrarle la razón a esto, podríamos decir que de alguna manera muchos padres de hoy en día tienen una nueva concepción de cómo educar a sus hijos, lo que seguramente es atribuible al entorno en el que crecieron (pero no a la educación que recibieron de sus padres, porque me parece que la educación familiar de hace 20 o 30 años era definitivmanete mejor a la actual). Entonces, ¿qué elementos de su entorno hicieron que, probablemente en su adolescencia tardía y en su temprana adultez, se trastocaran los valores que sus padres se habían empeñado en forjar? Bueno, podemos nombrar, a mi juicio, hechos como la cultura de masas, la globalización (¿o la yanquisación?), el consumismo, el vivir en un "material world" al estilo Madonna. En concreto, a lo que apunto es que todos estos fenómenos influyeron en esa generación, volviendo más permeables a sus hijos frente a dichos hechos. De este modo, como vos bien decis Rivas, absorben muchas cosas malas de lo que ven a su alrededor, y aunque los videojuegos no sean los únicos proveedores de violencia, definitivamente creo que tienen cierto peso.

 
At 1:02 a. m., Blogger Prikigol said...

Naxo: Poco que decir, de tus aficiones etilicas... sigue disfrutando, enhorabuena.

Kapitan: Gracias... Yo tambien recuerdo el Street of Rage, era entretenido si... Lo que me preocupa es que uno de estos dias te de por salir a la calle hablando en ingles con un vestidito azul de marinero y lanzando desatascadores a la gente...:)

Max: Bienvenido, esta es tu casa. Has elevado la discusión a un nivel que ni yo mismo me planteaba cuando conceví este post, realmente el objetivo era hacer chiste de un comentario curioso que leí en un foro, pero bueno es interesante, tanto como inesperado. Comparto con vos que es una aberración que un preadolescente tenga acceso a ciertos juegos de contenido especialmente (únicamente) vilento, pero igualmente indignante es que ese mismo chico pueda tener la posibilidad de visionar una película de la misma temática y en ese punto es donde el control paterno ha de surtir su efecto.
Dicho esto me gustaría añadir que si bien en nuestra generación no existían estos soportes hiperrealistas, donde introducirse en la piel de un asesino de zombis es tan sencillo, muchos de nosotros crecimos con juegos que mucho más rudimentariamente se limitaban a lo mismo, salvo que en lugar de interactuar con el individuo de forma tan directa, obligaban a los jugadores a un esfuerzo imaginativo, no me refiero a otra cosa que a juegos de rol, claro que en estos las imagenes del juego las construye la mente de uno mismo y no la vista. De hecho en España años atrás se intento satanizar este entretenimiento por medio de una publicidad completamente perniciosa desde los medios de comunicación.
Pienso que las conductas psicopáticas de ciertos individuos florecen a partir de la activación de ciertos canales, es más no niego que los videojuegos pueda ser uno de ello, es más estoy casi seguro. Pero nunca podré estar de acuerdo en que este sea el más importante, ni tampoco en suponer que en ausencia de el estímulo de
los videojuegos, estos comportamiento agresivos no hubieran sido activados de otras formas distintas.

 
At 1:03 a. m., Blogger Prikigol said...

Rivas: No me he olvidado de tí pero la respuesta anterior referida a Max creo que también entra a valorar tu observación

 

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