martes, diciembre 12, 2006

Seis meses sin anotar.

Que juego más simple y hermoso es el baloncesto.

El deporte cuya práctica es una de las pasiones de mi vida, el deporte que en estas tierras de golf y hockey desconocen.

El objetivo del juego es simple como muchos sabeis, un aro de 50 cm de diámetro a 5 cm más 3 metros por encima del suelo y justo delante de una tabla de mas o menos un metro cuadrado, por dentro de ese aro y de arrba hacia abajo ha de pasar una pelota esférica de 35 cm de diámetro, eso es lo esencial. También os podría decir que para desplazarse con el balón lo has de conducir en bote y una vez agotado este solo podrás mover uno de los pies antes de saltar, algo parecido pasa antes de botar, solo se puede mover un pie.

Sabiendo esto y con algún amigo puedes pasar horas y horas disfrutando en la cancha, no es necesario ni competir, solo para superar tus límites. Aunque en realidad yo he pasado 11 años de mi vida compitiendo, la mitad de mi vida, 11 temporadas, buscando la canasta imposible y la fuerza del equipo.
Algunos de los momentos más felices de mi vida los he pasado en la pista, aunque tambien los más dolorosos, recuerdo aquel día en que todos hasta yo creimos que mi muñeca derecha se había partido o cuando el año pasado mi dedo pulgar se salió de su sitio.
Los amigos que hice jugando, son amigos para siempre, esa gente con la que hace 7 años empezamos a formar un equipo del que yo era capitán, esa gente que soñó conmigo que podiamos ser los mejores y lo cierto es que lo conseguimos, fallamos alguna vez en las eliminatorias finales pero fuimos los mejores en la cancha, nunca habrá un equipo tan unido como aquellos jay'zs.
Con los chicos de la facultad también he pasado grandes momentos, nos llamabamos Paraninfo Mana's y en ese equipo en el que Mike se dejaba hasta la última gota de sudor, Nacho y Biel siempre intentaban superarse y todos los demás aportaron su granito de arena, siempre generosos y solo por el placer de jugar y quizás ganar. Ahora que me dicen que están representando a la facultad en el trofeo Rector siento una gran envidia, no se si la envidia sana existe...
A pesar de no ser bajo del todo, siempre me he encontrado más comodo lejos del aro, como escolta o como alero. Lanzando más de tres que de dos y con unas rachas terribles muchas veces e increibles algunas, siempre traté de aportar lo mejor de mi en cada partido y sin embargo casi nunca escogí la mejor opción, algunos diran que a veces me obsesionaba con anotar yo pienso que si lo ves claro hay que intentarlo.
Muchos dorsales ha lucido en estos años, el primero fué el 15, después vino el 10, luego un año el 7, otro el 11 y finalmente el 9, el número con el que mejores partidos he jugado. Con la gente de la uni llevé solo el 14 y el 3 ese si que es número de jugón.

Pero ahora llevo seis meses sin anotar y cuento las horas para la próxima cita, no importa el lugar solo los amigos y la pelota.